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Diez razones por las que puede perder un juicio que tenía ganado

Descuidar ciertos aspectos formales durante una vista oral puede inclinar la decisión final de un juez

Enviado el 28 de Abril de 2017

El juzgado de lo mercantil número 1 de Pamplona estimó la demanda interpuesta por Kukuxumusu contra su fundador Mikel Urmeneta y otros cuatro dibujantes, que no podrán reproducir en su nueva empresa los dibujos del Universo Kukuxumusu creados por ellos pero cuyos derechos de propiedad intelectual habían cedido. En su sentencia, la titular del juzgado se inclinó "clara y evidentemente" por el informe de la perito del demandante y señala que el del demandado no pudo ratificar en la vista el suyo por "haber permanecido en la misma antes de su declaración".

Las formas en un juicio son casi igual de importantes que el fondo de un asunto. No en vano, un juicio es un acto formal donde todo está protocolizado, por lo que cualquier cosa que suceda en él y se salga de la norma puede ser relevante y acabar inclinando la balanza, sobre todo en los que hay muchas dudas sobre la resolución".

Por este motivo, hay que cuidar hasta el más mínimo detalle y evitar situaciones que, en ocasiones, se producen durante un juicio y que fácilmente se podrían haber evitado:

Ubicación de los peritos y de los testigos

Para no estar "contaminado" a la hora de declarar, ni los peritos ni los testigos pueden estar presentes en la sala desde el inicio del pleito. Por este motivo, deben permanecer siempre fuera hasta que se les avise y, una vez terminen, lo ideal es que se queden entre el público.

Sin embargo, hay ocasiones en las que, por razones laborales, deben abandonar el juzgado nada más terminar su declaración. En estos casos, se recomienda que el abogado le pida al juez que tome las cautelas necesarias para que pueda abandonar la sala sin ponerse en contacto con otros testigos, por ejemplo, haciéndolo con la compañía de un auxiliar.

Apoderados

Las empresas tienen personas apoderadas que podrían ser llamadas a comparecer como testigos en un juicio. Sin embargo, hay jurisprudencia que los considera parte o representante legal en dicho acto, por lo que no podrían declarar.

Solidez de las opiniones

Hay que investigar al perito de la parte contraria para ver su trayectoria profesional porque, si en un juicio defiende la tesis contraria a lo que ha publicado anteriormente en libros, conferencias o artículos, puede perder relevancia su actuación.

Contacto visual

Cuando un testigo o un perito esté contestando a las preguntas del juez o de la parte contraria, debe mantener siempre el contacto visual con su interlocutor. Mirar a su abogado al recibir una pregunta puede dar la sensación de que no se sabe qué contestar o que espera el beneplácito del letrado para no "meter la pata".

Si un testigo no dice la verdad en un juicio puede cometer delito de falso testimonio, por lo que ha de evitar miradas que erróneamente podrían hacer pensar en respuestas preparadas de manera previa.

Gritos e insultos

Testigos o partes que ya han declarado y que estén sentados entre el público al finalizar su declaración interrumpen el juicio con exabruptos.

Indiscreciones

Tampoco es buena idea que los abogados que preguntan a un testigo que no han propuesto si han preparado su declaración con el letrado contrario.

Documentos de última hora

Tanto el juez como las partes tienen derecho a analizar toda la documentación en la que se apoya un perito antes de la vista. Por eso, si decide hablar de archivos incluidos a última hora que no han sido unidos al expediente, el juez podría no darles credibilidad.

No acudir a declarar

La parte llamada a declarar ha de comparecer y contestar lo que se le pregunta. Si no lo hace o responde con evasivas, puede implicar que se le da por confeso en todo lo que le pueda perjudicar y sólo si no compareciera hay que formular igualmente las preguntas aunque no esté y no las vaya a contestar.

Repetirse al final del juicio

No leer las conclusiones finales ni valorar la prueba practicada repitiendo el discurso inicial pese a lo que ha ocurrido en juicio puede ponerse en contra de una de las partes.

Cuidado con el código de vestimenta

Como acto solemne que es, un juicio tiene sus particularidades a la hora de vestir. Si a nadie se le ocurriría ir a una cena de gala sin su correspondiente esmoquin para ellos o vestido largo para ellas -entre otras cosas, porque es muy probable que se quede en la puerta de tan pomposo evento-, tampoco puede pasar por alto su 'dress code' a la hora de resolver un pleito.

Los abogados deben entrar en la sala ya perfectamente 'uniformados', esto es, con la toga puesta y no quitársela nunca antes de abandonarla, ya que el hecho de vestirse o desvertirse en el interior puede ser malvisto por el juez.

No es ningún capricho, ya que la Ley Orgánica 6/1985 del Poder Judicial, en su artículo 187, indica que "en audiencia pública, reuniones del Tribunal y actos solemnes judiciales, los jueces, magistrados, fiscales, secretarios, abogados y procuradores usarán toga y, en su caso, placa y medalla de acuerdo con su rango".

La ley orgánica del poder judicial de 1870 también hablaba del birrete, pero hoy está en desuso. Tanto es así, que el Estatuto General de la Abogacía Española ni siquiera lo nombra.